Soy de esa generación que pensaba en la imagen más representativa de cada día para subirla a Fotolog. Ahora utilizo Instagram, pero Fotolog me parecía mucho más romántico: debías resumir tu día en una imagen. Sin palabras. Como no tenías que publicar todos los días, al echar la vista atrás descubrías calendarios que resumían tus semanas o tus meses. Había épocas brillantes y otras en las que no ocurría casi nada. Descubrías el lado artístico de tus amigos. Durante el día, mirabas a las personas y los lugares con otra mirada. O así, por lo menos, usábamos mis amigos y yo el Fotolog.
Después abrí un blog de deportes. Se llamaba El sexto set y disfrutó de un cierto éxito entre los amantes del voleibol y el vóley playa porque entonces, en España, no había muchos otros lugares donde leer entrevistas y reportajes sobre estos deportes. Yo colaboraba con la Real Federación Española de Voleibol como periodista. Viajaba a algunos partidos de Liga Europea y Liga Mundial de las selecciones absolutas y aprovechaba esos viajes para conocer ciudades y crear contenido para los amantes de este deporte.
Cuando empecé a colaborar con Yorokobu y posteriormente pasé a formar parte de su plantilla, dejé de escribir ese blog por falta de tiempo. Cada artículo que escribía era leído por miles de personas. Algunos, por decenas de miles. Eso malacostumbra a cualquiera. En ese momento fue cuando dije que no volvería a tener un blog. Demasiado trabajo para poco retorno. Por suerte, seguía colaborando con otras publicaciones y siempre tenía un soporte donde depositar mis palabras. Además, eso coincidió con el boom de las redes sociales. Si querías publicar una reflexión, la leería mucha más gente en Facebook, LinkedIn o Instagram que en un rincón remoto de tu web.
Durante años, al contrario de lo que recomendaba el SEO, mi web literaria no tuvo blog. Era un folleto informativo para quien quisiera saber más sobre mis libros y sobre mí. Ahora me han hecho esta nueva web y he pensado ¿por qué no?
No prometo nada. Quizá publique alguna entrada solo con una imagen, como en el Fotolog. Quizá me olvide de mantener la periodicidad. Y eso que me dedico profesionalmente a crear narrativas para líderes de distintos sectores, pero en casa del herrero…
En cualquier caso, espero que, si has caído en este callejón por las vicisitudes de la navegación web, encuentres algo aquí que te guste.
¡Bienvenido!